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Aquí tienes el video sobre el EBITDA
5. Variantes del EBITDA que también deberías conocer
En Chile cada vez se usan más sus variantes, especialmente en sectores como energía, tecnología, logística y retail. Aquí te compartimos los más utilizados:
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EBITDA Ajustado: El EBITDA ajustado es una versión modificada del EBITDA estándar que excluye ciertos ingresos o gastos que se consideran no recurrentes, extraordinarios o que no reflejan la actividad operativa habitual y continua de la empresa. Su objetivo es ofrecer una imagen más clara y precisa de la rentabilidad operativa y subyacente del negocio, facilitando el análisis y la comparación con otras empresas o períodos. Excluye efectos extraordinarios como: Ventas de activos, indemnizaciones por despido, gastos legales atípicos, reestructuraciones. Es útil para entender la operación “normal” de la empresa.
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EBIT: Significa "Earnings Before Interest and Taxes", que se traduce como "Beneficio antes de Intereses e Impuestos". Perfecto para medir cuánto gana tu empresa por sus operaciones principales, sin considerar cómo se financia (gastos por intereses) ni las obligaciones fiscales (impuestos).
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EBITDA Proforma: El EBITDA proforma es el cálculo del EBITDA que refleja el impacto potencial de eventos futuros o hipotéticos como si hubieran ocurrido en el pasado. Se utiliza para modelar resultados financieros basados en cambios previstos en el negocio. A diferencia del EBITDA estándar, que usa datos históricos, o del EBITDA ajustado, que elimina partidas no recurrentes del pasado, el EBITDA proforma proyecta o simula cómo se vería la rentabilidad operativa si ciertos cambios ya estuvieran en marcha. Se orienta hacia el futuro y se basa en supuestos.
6. El EBITDA en el contexto chileno actual
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Mayor escrutinio bancario: Los bancos en nuestro país hoy miran mucho más la capacidad operativa que solo las garantías. El EBITDA es parte del núcleo del análisis de riesgo.
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Crecimiento de empresas digitales y de servicios: Muchos negocios de servicios tienen poca inversión en activos fijos, por lo que el EBITDA suele ser alto. Eso genera comparaciones que hay que leer con contexto.
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Cambios regulatorios: Las normas tributarias pueden afectar el cálculo contable y el impacto de D&A, por lo que es clave mantenerse actualizado.
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Competencia más intensa: Hoy, optimizar operación es diferenciador. El EBITDA ayuda a ver dónde estás perdiendo eficiencia frente a otros.
7. ¿Cómo mejorar el EBITDA sin trucos?
1. Optimizar costos operacionales: No se trata de “recortar por recortar”, lo ideal es poder identificar qué actividades no generan valor como la logística ineficiente, reprocesos contables, errores operativos, tiempos muertos y proveedores sobredimensionados.
2. Aumentar productividad:Automatización, procesos claros, mejores herramientas financieras y contables, controles internos robustos.
3. Estandarizar procesos: Mientras menos variabilidad, menores costos operativos.
4. Revisar precios y márgenes: Muchos negocios no ajustan sus precios a tiempo y su EBITDA se derrumba.
5. Controlar gastos extraordinarios: Las pérdidas ocasionales pueden distorsionar la percepción del negocio.
6. Mejorar la cobranza: Ventas que no se cobran no mejoran el EBITDA ni la caja.
7. Mantener disciplina en inversión (CAPEX): Aunque no afecte al EBITDA directo, sí afecta la caja futura, por lo que debe considerarse para evaluar sostenibilidad.
8. EBITDA vs. Flujo de Caja Operacional: La confusión eterna
La principal diferencia es que el EBITDA es una métrica contable de rentabilidad, una medida de ganancias, mientras que el Flujo de Caja Operacional (FCO) es una medida real del efectivo que entra y sale de la empresa por sus operaciones diarias.
Esto quiere decir que el flujo de caja operativo es lo que realmente entra y sale del negocio. El EBITDA es un indicador.

¿Por qué se confunden?
Porque ambos hablan de capacidad de generar dinero. Pero el flujo de caja operacional considera cambios en capital de trabajo. Refleja pagos de impuestos, además, muestra lo que realmente ocurre en la caja.
Por ejemplo, una empresa con altos plazos de pago tiene ventas hermosas y EBITDA alto. Pero como sus clientes pagan lento, tienen una caja negativa. Este ejemplo es común en industrias como construcción, distribución y servicios B2B.
9. En qué momentos el EBITDA puede engañar
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Sectores con alto CAPEX: Por ejemplo en sectores como la manufactura, minería, transporte. El EBITDA no refleja la inversión constante necesaria.
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Empresas nuevas que están creciendo rápido: Ingresos altos, EBITDA alto, pero sin caja porque todo se reinvierte.
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Empresas con deudas históricas grandes: El EBITDA es positivo, pero los intereses se comen toda la utilidad neta.
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Empresas con políticas contables “creativas”: Puede haber ajustes que inflen el indicador artificialmente.
10. Buenas prácticas para interpretar el EBITDA en tu empresa
Analízalo siempre en serie, es decir, revisa el comportamiento del EBITDA y sus variaciones a lo largo de varios meses o períodos. Esto te permitirá identificar tendencias, patrones y posibles anomalías, en vez de centrarte solo en un mes aislado, que puede estar afectado por circunstancias puntuales.
Complementa el análisis del EBITDA utilizando ratios y métricas financieras clave, como el margen EBITDA (que muestra qué porcentaje de las ventas se convierte en EBITDA), EBIT (resultado operativo), ROA (rentabilidad sobre activos) y ROE (rentabilidad sobre patrimonio). Estos indicadores ayudan a tener una visión comparativa y multidimensional del desempeño de tu empresa.
Revisa siempre el EBITDA considerando el contexto sectorial y las particularidades de tu industria. Las diferencias estructurales entre sectores (como el nivel de inversión en activos, ciclos de negocio y márgenes típicos) pueden influir enormemente en la interpretación de los resultados. Una buena práctica es comparar tus cifras con promedios del sector o con tus principales competidores.
Asegúrate de utilizar datos contables actualizados y completos al calcular el EBITDA. Las cifras antiguas o incompletas pueden arrojar conclusiones erróneas y generar decisiones poco informadas. Siempre verifica que la información utilizada refleje la realidad financiera más reciente de tu negocio.
Finalmente, recuerda que el EBITDA es solo uno de los muchos indicadores a considerar. No bases decisiones estratégicas exclusivamente en este valor; úsalo como un punto de partida para explorar en detalle la situación financiera y operativa. Complementa su análisis con otros KPIs y una revisión integral de estados financieros para obtener un diagnóstico más certero y tomar decisiones informadas.
11. El EBITDA es una brújula, no el mapa completo
El EBITDA es un excelente indicador para entender cómo está funcionando tu operación, evaluar eficiencia y compararte con tu industria, pero no reemplaza el análisis integral que una empresa necesita para tomar decisiones informadas.
Usado con criterio, y acompañado de estados financieros completos, flujos de caja y métricas operativas, puede transformarse en una herramienta poderosa para planificar, crecer y anticipar riesgos.
Para las empresas que buscan claridad financiera, gestión ordenada y análisis confiables, entender el EBITDA se vuelve un imprescindible.
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